Emilio Rincón sobre ‘Microsoft Secrets’
Emilio Rincón
Profesor de Informática de Gestión en ICADE
Cusumano y Selby han hecho una gran labor de investigación en Microsoft y sus descubrimientos son tremendamente ilustrativos. Plantean sus conclusiones de forma positiva, pero es evidente que una empresa como es hoy en día Microsoft no puede verse más que de una forma positiva. Sus resultados, honestamente conseguidos, la avalan plenamente.
Pero conviene reflexionar cuidadosamente sobre las enseñanzas que se desprenden de su evolución a través de los más de veinte años que tiene de existencia.
Contrariamente a lo que la publicidad nos ha venido vendiendo durante todo este tiempo, el éxito de Microsoft no es el resultado de la genialidad. Es más, rara vez aparece la genialidad a lo largo de su vida.
El éxito de Microsoft es el éxito del trabajo de cada día, hecho con una dedicación y una tenacidad absolutamente encomiables y que, probablemente, es difícil encontrar en otras empresas. Esa dedicación y esa tenacidad existieron en Microsoft desde el primer momento: eran las de sus fundadores. El primer éxito ha sido transmitir ese espíritu a sus empleados durante todos estos años de vertiginoso crecimiento.
Otra cualidad que distingue a Microsoft es el pragmatismo. No han elaborado sofisticadas estrategias ni grandes y largos planes de productos. Han tomado fundamentalmente decisiones a corto, que han seguido muy de cerca y que han rectificado con una gran agilidad cuando han podido comprobar que no eran acertadas.
No han sido realmente pioneros en ningún área, pero, muy atentos al mercado, siempre han sido capaces de seguir la línea más conveniente y llegar a dominar los sectores en los que se han introducido.
Su única estrategia visible ha sido, hasta ahora, la de conseguir volúmenes. A través de estos volúmenes se han convertido en líderes de los nichos de mercado en los que participan, de forma que sus productos están llegando a ser estándares de hecho en muchos casos.
Al mismo tiempo, han sido capaces de generar negocio para todas las empresas que han seguido su estela, de forma que sus productos han sido siempre acogidos con entusiasmo y sus defectos prácticamente silenciados. Probablemente el más claro ejemplo de ello ha sido el anuncio de Windows 95 en septiembre de 1995, que ha producido un auténtico rosario de actualizaciones de hardware y de software, con beneficios para todos los participantes.
La cultura corporativa de Microsoft es realmente diferente, como consecuencia de la personalidad de sus fundadores. Cuando seleccionan nuevos empleados, siempre eligen a los mejores, a los más capaces. Contrariamente a lo que podría esperarse de una concentración de divos, en Microsoft se sienten a gusto trabajando en un entorno de alta motivación como resultado de una fuerte competitividad personal de índole técnica, sin rencillas ni rencores.
Además, todos ellos comparten el pragmatismo de la empresa. Cometen errores, pero los detectan y corrigen con gran celeridad. Tecnológicamente, es esta capacidad de prueba, error, corrección, a gran velocidad, lo que mejor están desarrollando en el tiempo, y ello como consecuencia de los numerosos y costosos errores que han cometido en su historia.
Todos ellos comparten también los éxitos y olvidan los personalismos, a pesar de que la cultura occidental haya necesitado presentar a Bill Gates como el compendio de las virtudes del directivo, sin resaltar, tal vez debidamente, que sus principales virtudes son tres:
- Trabajar mucho, con objetivos a corto y pensando en Microsoft, no en Bill Gates.
- Conocer muy bien y sin ideas preconcebidas el mercado en el que actúa, reconociendo rápidamente cuándo se tiene que actuar.
- Tratar de igual a igual a todos sus colaboradores.
Claro que, probablemente, son los mimbres más importantes para, con un poco de suerte, hacer los mejores cestos. De ahí el interés de leer directamente este denso y largo libro. Esta misma longitud es debida a la gran cantidad de datos y de comentarios acerca de la empresa que incluye; comentarios muy interesantes, hechos por las numerosas personas de la plantilla de Microsoft que los autores han entrevistado.
El libro
Todas las estrategias de Microsoft para convertirse en el coloso informático mundial
Michael A. Cusumano y Richard W. Selby
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