Ángel Alonso García sobre ‘Leading Manufacturing Excellence’

Ángel Alonso García

Ingeniero industrial y miembro de Sayma Consultores

Pocos conceptos han sufrido tan profundo cambio en el mundo empresarial como el de función producción. La aparición de las primeras factorías durante el siglo XIX dio origen a empresas que se volcaban casi en exclusiva en la fabricación de sus productos. Por entonces, no importaban mucho otros aspectos hoy en día decisivos -como pueden ser las ventas o la calidad-, puesto que las grandes carencias del mercado generaban una demanda poco exigente capaz de absorber todo lo que se producía.

El cenit de esta edad de oro para la función producción se alcanzó y mantuvo durante la primera mitad de nuestro siglo, sobre todo después de las aportaciones que en ese campo hicieron personalidades como F.W. Taylor, F. Gilbreth o H. Ford. A medida que el mercado satisfizo sus necesidades, aconteció un progresivo cambio social que aconsejó a los directivos de las empresas intensificar sus esfuerzos en otras direcciones. Sorprendentemente, la función producción, que hasta entonces había sido la estrella, poco a poco pasó a un segundo o tercer nivel dentro de los planes estratégicos de las grandes empresas, concediéndosele un protagonismo relativamente limitado.

Así las cosas, quedan algunas preguntas por resolver: ¿cuál es el verdadero protagonismo que debe concederse a la función producción?, ¿en qué medida debe quedar esta función incluida dentro del plan global estratégico de la empresa?, ¿qué importancia tiene una adecuada estrategia productiva para la buena marcha de la empresa?, ¿cómo se puede llegar a perfilar una óptima estrategia productiva?

La lectura de Leading Manufacturing Excellence es un buen comienzo para dar respuesta a tan densos interrogantes. Las cinco partes que componen el libro se encuentran estructuradas siguiendo una secuencia que confiere a la obra un hilo conductor lógico y coherente. Comienza el libro con una breve introducción histórica muy de agradecer como ayuda para centrar el problema. Posteriormente se analizan con acierto -y digo con acierto porque en ningún caso se hace pesada la lectura de un tema en principio tan árido- aspectos relativos a la planificación estratégica del proceso productivo.

La tercera parte es una de las más fructíferas. En ella, se analizan diferentes metodologías relacionadas con la gestión del proceso productivo. No faltan, entre otras, la fabricación flexible, los círculos de calidad, los sistemas de arrastre o el kaizen. Este último capítulo corre a cargo de Anthony C. Laraia, que, mediante un sencillo ejemplo inicial y adoptando una perspectiva típicamente americana, nos demuestra que todavía se le puede sacar mucho jugo a un tema aparentemente tan manido como es el kaizen.

Leading Manufacturing Excellence continúa en su cuarta parte con una interesante exposición de conceptos y consideraciones que se deben tener en cuenta a la hora de definir el enfoque organizativo de la función producción. Sorprende gratamente la aportación realizada por Roger W. Schmenner, en un capítulo titulado “Los siete pecados capitales de la producción”. Suboptimización, complicación, despilfarro, divagación, impaciencia, permisividad y pereza son, a juicio de este autor, los deslices o debilidades que limitan seriamente una eficiente gestión de la producción. Razón no le falta.

La quinta y última parte trata sobre la dinámica del cambio abordada a través de dos capítulos: el primero, dedicado a analizar el papel decisivo que juega la dirección de cualquier empresa en la gestión del cambio, y el segundo muestra como caso práctico de cambio en la estrategia de producción la experiencia protagonizada por la empresa Stanadyne Diesel System.

En definitiva, una obra de casi obligada lectura para los ya iniciados y que, sin duda, les planteará algunos temas sobre los que reflexionar. Además, en Leading Manufacturing Excellence encontrarán algunos conceptos novedosos e interesantes. Por su parte, los que todavía están empezando no tienen que temer perderse en un mar de dudas. La prosa amena y directa del libro, salpicada con continuos y sencillos ejemplos, es fácilmente digerible hasta por los estómagos más noveles. Aprenderán nociones básicas al tiempo que se introducen en el fascinante mundillo de la ingeniería industrial.