Mónica Moso sobre ‘Building the Innovative Organization’

Mónica Moso

Coordinador académico de Marbella International Studies Centre

El libro Building the Innovative Organization es un reflejo del dinamismo existente en el mundo de la gestión empresarial y la innovación: prescriptiva, modelizadora, tejida por experiencias propias y llena de pragmatismo. James A. Christiansen ha bautizado, con un título sugerente y ambicioso, un análisis comparativo y articulador de los mejores “instrumentos”, entendidos éstos como tipos de intervención en estructuras, sistemas y prácticas de gestión, para fomentar la innovación. Ésta, la innovación, es concebida procesalmente, destacando ciertos momentos críticos, que son la generación de ideas, su financiación inicial y posterior desarrollo, sobre los que se recomienda realizar los mayores esfuerzos en gestión. Esta obra es un ejemplo de la complejidad social, cultural y operativa que embuye a las empresas, y el momento de transición y cambio que están atravesando. ¿Por qué se busca ser una empresa innovadora? ¿Por qué la innovación es empresarial? ¿Cómo se consigue? ¿Acaso vivimos en un nuevo escenario innovador?

En términos generales, la sociedad industrial avanzada se caracteriza por una importancia creciente de la ciencia y la tecnología, la innovación y el conocimiento, y de sus implicaciones y dimensiones sociales (económicas, políticas, culturales). En un principio, fue el enfoque empresarial nipón de innovación el que transgredió la concepción lineal de la innovación, constreñida tradicionalmente bajo patrones científico-académicos, y que ahora se postula en términos económicos. La innovación deja de ser únicamente investigación básica y desarrollo tecnológico para ser asimilación y desarrollo de tecnologías originadas en otros países, innovación incremental y continua en procesos y productos, así como innovaciones organizativas como la mejora de la calidad, la rotación de puestos y la participación y comunicación entre distintos departamentos y tipos de personal en las empresas.

Es en las últimas décadas cuando en el ámbito empresarial ha destacado el rol de la difusión, el aprendizaje, la relación entre productores y usuarios, y donde la prospección y el márketing han comenzado a ser nuevos mecanismos para innovar. La intensificación de la competitividad de los mercados, la tendente equiparación de estándares de calidad e, inclusive, de precios han revalorizado el papel de la innovación empresarial, asociándola al acortamiento de los plazos de producción, a la creatividad de sus resultados y a la agilidad de sus estructuras. De esta forma, la búsqueda de la competitividad ha promovido cambios en las propias instituciones empresariales, en su estructura, dinámica organizativa y formas de gestionar. En el centro de esta realidad empresarial, en constante metamorfosis, la innovación parece jugar, más que nunca, un rol explosivo e imparable de avances en productos, servicios y formas de gestionar.

Conceptualmente, se ha consolidado la premisa de que la innovación únicamente puede producirse en entornos empresariales; así, las empresas capturan un espacio central en el escenario socio-económico, convirtiéndose en la caja negra de la innovación.

Progresivamente, se va constatando que el espectro de lo intangible abarca un gran espacio de la empresa, todavía sin delimitar, generando la necesidad de estudios sobre su naturaleza, dinámica y resultados. Es decir, la innovación implica una nueva concepción y estructuración de las organizaciones empresariales, que converge con la revalorización del conocimiento, el aprendizaje, el trabajo en red y, en definitiva, de la persona. El panorama investigador es prolífico y dinámico, por lo que la búsqueda cognitiva avanza inexorablemente.

El libro

Gestione la innovación en la empresa

James A. Christiansen

La innovación es un proceso complicado, en el que hay que superar multitud de obstáculos. Sin embargo, la innovación es el sustento de las empresas. El directivo debe saber que ésta puede [...]

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