Rafael Doria sobre ‘Qué es el management’

Rafael Doria

El sugerente título de la última publicación de Joan Magretta me estimula los recuerdos de la didáctica exposición de Juan Luis Arsuaga e Ignacio Martínez en La especie elegida. La supervivencia empresarial y la biológica de nuestra especie tienen mucho que ver; sería mejor decir que la primera es parte indispensable de la segunda. Cooperar y competir son estrategias no excluyentes y necesarias para la supervivencia, pero la senda sobre la que es necesario discurrir es muy estrecha, y los equilibrios en economía y en biología se asemejan a los instantes de felicidad: se buscan permanentemente, pero duran poco.

Joan Magretta se esfuerza en darnos guías, herramientas para la supervivencia. En las herramientas de gestión, el usuario comprende con exactitud los términos utilizados (misión, estrategia, cuadro de mando, etc.), pero se resiste a doblegar las viejas herramientas de la inercia (“Lo que antes salió bien también lo hará ahora”) y la intuición del curtido empresario (“el olfato me dice”). La sustitución de este grupo de herramientas por las del nuevo modelo “innovación”, “información” (Magretta habla de sustituir los inventarios por información) genera reticencias.

El coste de oportunidad de dejar de reflexionar por tapar el agujero de hoy no se siente hasta que ya no se tienen más agujeros que atender, y, paralelamente, las herramientas avanzadas de gestión no tapan el agujero de hoy, sino el de mañana, por lo que sus sedantes efectos tardan un cierto tiempo en manifestarse. Solo los acontecimientos imprevistos o sobresaltos, y los avezados o anticipadores facilitan la implantación de estas herramientas.

Además, aunque Joan Magretta, como entusiasta del management, lo eleva a la categoría de ciencia (su lograda sistematización hace crecer su eficacia), eso no le exime de la incertidumbre inherente a la ciencia. En las ciencias humanas y en la biología, las trayectorias predecibles no siguen modelos permanentes. El caos está presente y los colectivos que más rápidamente se adaptan a la mutación sobreviven, de ahí la importancia de la flexibilidad en los modelos de implantación de estrategias y de ahí, también, las reticencias de los usuarios ante el grado de eficacia de la herramienta.

La confianza es un intangible más y, de la misma forma que entre el corto y el largo plazo, entre los intereses particulares y los colectivos (la misión) o entre la ambición personal y el éxito del equipo hay una estrecha senda que es necesario recorrer, también entre el determinismo de las herramientas avanzadas de gestión para alcanzar resultados y el olfato y la sensibilidad empresarial hay una estrecha senda en la que el management es plenamente efectivo.

Para discurrir por ella, Arsuaga nos recomendaría recordar que el lenguaje es una herramienta colectiva que surge por la necesidad de cooperación en la supervivencia como especie y que Magretta interpreta como la necesidad de comunicación, de participación activa de todos los miembros de la organización, de la necesidad de que cada persona sepa en qué consiste el éxito de la empresa y cómo se mide. Sin embargo, no es suficiente; se necesita un intangible más, que Magretta sabiamente introduce al definir la gestión no como ciencia, sino como el arte de renunciar a algo para alcanzar un objetivo superior.

 

Rafael Doria

Socio director de Ikei

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