Norberto Olea Aldasoro sobre ‘First Among Equals’
Norberto Olea Aldasoro
Subdirector de Recursos Humanos en EESS España
El entorno social y económico en el que se desarrolla la actividad económica cada vez más globalizada crece en turbulencia y complejidad, lo que hace cada vez más complicado poder establecer predicciones en el medio y largo plazo, confirmando el tópico: el cambio es lo único permanente.
En este panorama, las empresas están haciendo un esfuerzo destacado por desarrollar cambios profundos en su cultura empresarial para obtener ventajas competitivas sostenibles. Estos cambios, que implican modificaciones de valores compartidos y asunción de compromisos colectivos, son difíciles de llevar a cabo solamente desde el individuo, mientras que son más eficaces y poseen mayor profundidad cuando se generan desde los diferentes equipos de la empresa.
En este proceso por la obtención de ventajas competitivas sostenibles debemos replantearnos, desde esta perspectiva del valor añadido, la eficacia de todas las unidades de la organización y la de las unidades más básicas, que son los equipos de trabajo.
Asistimos a la aparición de numerosa literatura empresarial sobre los “equipos de alto rendimiento”, que trata de cómo mejorar la capacidad productiva y la eficacia de los equipos de trabajo como medio para mejorar la eficacia de la organización.
Se parte de un supuesto básico: los equipos desarrollan funciones (que no podría desarrollar el individuo) que son necesarias tanto para la organización como para el individuo (Shein): desempeño de tareas complejas e interdependientes, innovación y soluciones más creativas, coordinación entre diferentes unidades organizativas y satisfacción de necesidades individuales.
Teniendo en cuenta las ventajas de trabajar en equipo, ¿cómo se puede lograr un equipo eficaz que favorezca el desarrollo de los procesos y conductas que generan valor y que frenen los elementos que dificultan la obtención de valor?
Para que un equipo sea eficaz en su aportación de valor añadido a la organización, se requiere:
- el reconocimiento por parte de la empresa de la importancia de los equipos (tiempo de dedicación a las tareas de equipo, sistemas de recompensa, reconocimiento del liderazgo, etc.);
- una misión de tarea y una visión de equipo que genera un sentido de finalidad para todos los miembros, unidas a unos valores comunes necesarios para lograr la eficacia del grupo;
- unos procesos de trabajo eficaces, animados por un liderazgo distribuido entre los miembros del equipo;
- integración de la visión, misión y procesos con las exigencias de las tareas, necesidades individuales y dinámica de los equipos.
La función de liderazgo del equipo tendrá una influencia fundamental en la integración de las necesidades de las personas, la exigencia de la tarea y la dinámica del grupo. Así, el libro nos plantea, desde la perspectiva de un líder de un equipo de profesionales, cómo se puede añadir valor al grupo para que, a su vez, se convierta en un grupo de alto rendimiento dentro de una empresa.
El libro
Cómo gestionar con eficacia un equipo de profesionales
David H. Maister y Patrick J. McKenna
La clave para la motivación es participar en algo que provoque y que suponga un reto. El líder, como el director de orquesta, hace que la música suene sin tocar ningún instrumento. El potencial [...]