Guido Stein sobre ‘Lessons on Leadership’

Guido Stein

Profesor del IESE Business School y presidente de EUNSA

Pensar supone pararse a pensar. A menudo la precipitación a la que conducen nuestros afanes cotidianos nos obliga a movernos en la superficialidad, que es un lugar muy concurrido y en el que demasiadas cosas se dan por sabidas, sin serlo en realidad. Me malicio que eso es lo que acontece con el vocablo liderazgo, que en pocos años se ha convertido en un mantra o suerte de conjuro mágico cuya presencia todo lo sana –o cuya carencia todo lo enferma–.

Examinemos un par de datos, por si nos ayudan a entender algo obvio, que suele ser lo más difícil de advertir. Si se entra en el sitio de Amazon.com y se introduce en el buscador el sustantivo liderazgo, aparecen 252.539 entradas. Aunque ese cuarto de millón de libros no se corresponde exactamente con el mismo número de títulos distintos acerca de la materia en cuestión, ajustándolo grosso modo, seguramente se trata de más de doscientas mil interpretaciones y descripciones del liderazgo.

¿Qué significa esa enorme cantidad? Probablemente, que se ha convertido en un tema de moda; o que escribir sobre liderazgo es rentable; o que escribir sobre liderazgo está al alcance de cualquiera; o que caben muchísimas opiniones; o que no se sabe muy bien qué es; o que sencillamente interesa; o que es difícil; o que se percibe como una carencia; o, incluso, que es algo importante para las empresas, la familia, los deportes y la sociedad en general. Quizá el boom editorial se deba a todas esas razones a la vez, y a otras que se nos escapan.

El interés que despierta esa capacidad de atracción, de magnetismo, que incorpora un líder se nota más allá de las fronteras económicas. Por ejemplo, en las elecciones primarias estadounidenses, de las que salen los candidatos a la presidencia de ese país, según los electores, la cualidad rotundamente más importante para elegir a uno u otro es la de un liderazgo fuerte y decidido, seguida de valores y honestidad. A cierta distancia, como tercera y cuarta características aparecen inteligencia y experiencia. Probablemente nunca una cualidad tan difícil de medir cuando se tiene, pero tan fácil de distinguir si se carece de ella, haya desempeñado un papel tan decisivo.

Cervantes no menciona el vocablo liderazgo; sin embargo, nos ha regalado con algunas de las páginas más divertidas en lengua castellana, que son las que dedica al Bálsamo de Fierabrás, cuyas maravillosas capacidades describe Don Quijote a Sancho Panza al decir: “Es un bálsamo de quien tengo la receta en la memoria, con el cual no hay que tener temor a la muerte, ni hay pensar morir de ferida alguna. Y ansí, cuando yo le haga y te le dé, no tienes más que hacer sino que, cuando vieres que en alguna batalla me han partido por medio del cuerpo (como muchas veces suele acontecer), bonitamente la parte del cuerpo que hubiere caído en el suelo, y con mucha sotileza, antes que la sangre se yele, la pondrás sobre la otra mitad que quedare en la silla, advirtiendo de encajallo igualmente y al justo; luego me darás a beber solos dos tragos del bálsamo que he dicho, y verásme quedar más sano que una manzana”. Y no pareciendo esto bastante, añade el hidalgo manchego: “[…] que con aquel remedio podía acometer desde allí adelante sin temor alguno cualesquiera ruinas, batallas y pendencias, por peligrosas que fuesen”. Lessons on Leadership, de Jack Stahl, no pretende ser un bálsamo, sino un libro práctico para gente práctica.

El libro

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