Leopoldo Alandete sobre ‘Transforming Your Leadership Culture’

Leopoldo Alandete

Socio fundador de Workplace Innovation Group y director general en Alandete Inversiones y L.A. & Asociados

Para transformar y reinventar la cultura de la empresa es necesario hacer acopio de una amplia apertura de miras y de una buena dosis de valentía, así como estar dispuesto a desprenderse de ideas que se hallan interiorizadas desde hace mucho tiempo en la mente de los líderes. Igualmente, hay que tener presente que sería improductivo quedarse sólo en palabras y eslóganes: hay que concienciarse de la necesidad de una adecuada puesta en práctica de los nuevos modelos de cultura corporativa.

Cambiar implica estar despierto, atento, ser ágil, entender las transformaciones del entorno, propiciar las internas y crear el caldo de cultivo que favorezca la implantación del cambio de manera permanente. Es preciso seguir la máxima darwiniana y reconocer que la supervivencia es patrimonio de quienes saben adaptarse, pero no de quienes se instalan con rigidez en su fortaleza.

En el camino del cambio surgirán, inevitablemente, obstáculos: falta de honestidad, inexistencia de liderazgo, anquilosamiento de los valores corporativos, falta de compromiso, defensa de los “reinos de taifas” y de sus intereses personales o departamentales, ausencia de motivación o temor a lo desconocido. Pese a todo, hay que tratar de alcanzar pequeñas soluciones intermedias y seguir avanzando.

Las herramientas para la acción de las que disponen los líderes de las organizaciones son las siguientes:

  • Perspectiva. Un líder debe perseguir de manera permanente que el enfoque de las tareas de la organización esté dirigido hacia la motivación de sus profesionales y la atención a las nuevas necesidades de los clientes.
  • Actitud. Un líder debe reunir cualidades para responder a situaciones imprevistas, como rapidez, agilidad, ímpetu, coraje, decisión, estimulación o apertura mental.
  • Comunicación. El diálogo honesto y transparente favorece un clima de entendimiento entre las personas implicadas en el cambio.

Es preciso analizar las rutinas de los líderes en las organizaciones: ¿cuánto tiempo dedican a lo largo de la jornada laboral a pensar en un entorno favorable para la búsqueda de soluciones constructivas? Con esto me refiero a reflexionar sin interrupciones de llamadas, correos electrónicos, reuniones, etc. Es fundamental integrar el tiempo para la meditación proactiva en la agenda del líder.

Le propongo que, cuando llegue a su oficina, no encienda el ordenador: en su lugar, invierta cinco minutos de su tiempo en pensar cómo hacer que su empresa transforme su cultura, sea más competitiva y se diferencie de la competencia, así como en la fórmula para que su equipo esté dispuesto a funcionar al 100%.

¿Cuál es la cultura de la empresa? ¿Cuál debería ser? ¿Qué cambios debe introducir para alcanzar ese ideal de cultura? Oriéntese hacia el objetivo. No sólo no debe temer el cambio, sino que incluso debe generarlo y contagiar la ilusión por alcanzar esa transformación. Comuníquelo por todos los medios que tenga a su alcance hasta hacerlo llegar al último rincón de su empresa. Es muy probable que no logre sus objetivos al primer intento: sea persistente.

Guíese por su intuición y atrévase a ser rupturista, a descubrir nuevas formas y modelos de trabajo y de relaciones. Los descubrimientos traen consigo riquezas: lo mejor está por venir.

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