Juan Francisco Corona Ramón sobre ‘Gobernando la empresa familiar’
Juan Francisco Corona Ramón
Director general del Instituto de la Empresa Familiar y catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Abat Oliba CEU
La importancia de la empresa familiar
En nuestros días resulta innegable que las empresas familiares constituyen la base sobre la que se asienta el tejido empresarial de la totalidad de las economías desarrolladas del mundo. Todos los datos disponibles coinciden en lo esencial: la mayoría de las empresas privadas son de carácter familiar y su peso macroeconómico está en consonancia con su número.
Una empresa familiar se enfrenta a dos tipos de retos para garantizar su continuidad: los propios de cualquier compañía que opere en el mercado y los específicos de su carácter de familiar, aunque todo ello aparece oportunamente compensado porque, en caso de una buena gestión, la empresa familiar se beneficia no solo de ella, sino también de los factores adicionales que le reporta su carácter de familiar.
En este sentido, una empresa familiar puede desaparecer por los mismos motivos por los que lo puede hacer cualquier otra compañía: tamaño insuficiente, tecnología inadecuada, planificación errónea, carencia de capital financiero, falta de adaptación en el mercado y, en general, cualquier otra deficiencia de gestión.
Sin embargo, desde el punto de vista de la supervivencia, la experiencia disponible demuestra que la desaparición de empresas familiares suele estar relacionada más directamente con una serie de factores diferentes a los que acabamos de exponer y que se derivan directamente de su carácter familiar. En otras palabras, cuando una empresa familiar desaparece, normalmente lo hace como consecuencia de problemas familiares que no han sido adecuadamente valorados y solucionados.
Sin ánimo de exhaustividad, podemos referirnos a problemas de tipo financiero como, por ejemplo, la incapacidad de incorporar capital para crecer, internacionalizarse o mejorar tecnológicamente sin diluir la participación de la familia en la propiedad o la incapacidad para congeniar adecuadamente la necesidad de liquidez de la familia y la necesidad de capitalización de la empresa.
En una línea muy parecida podríamos considerar las dificultades para atraer, motivar y retener a ejecutivos profesionales no familiares que permitan introducir las mejoras necesarias con el fin de modernizar la empresa y adaptarla a unos mercados cuya velocidad de cambio es cada vez más explosiva.
Sin embargo, por encima de todo se encuentran los problemas estrictamente familiares, entre los que destacan la resistencia de las generaciones en el poder a renunciar en el momento oportuno, las rivalidades entre miembros de la generación al mando que dificultan la consecución de acuerdos sobre la elección del sucesor o sucesores o la incapacidad de distinguir adecuadamente entre los distintos roles de familiar, propietario y gestor de la empresa que en muchas ocasiones desempeñan varias personas pertenecientes a la familia.
En la práctica, el problema número uno consiste en garantizar la continuidad de la empresa familiar a través de un proceso eficiente de sucesión generacional. Obviamente, cada compañía y cada familia son un mundo aparte y, por tanto, no se puede generalizar, pero la experiencia demuestra que existen unas prácticas recomendadas que resultan extremadamente útiles para proteger el futuro de la empresa.
Aunque son numerosos los aspectos que se deben considerar, podemos resumirlos en dos: la decisión de aceptar el relevo generacional cuando todavía se está en condiciones de continuar al frente de la compañía y la planificación estratégica del proceso en sí con mucha antelación. En este sentido, la existencia de períodos de “bastón de mando” compartido, en los cuales la vieja y la nueva generación gobiernan conjuntamente, y la protocolización de los órganos de gobierno, de los accionistas y del rol de la familia en la empresa son instrumentos que, adecuadamente canalizados, ayudan enormemente a incrementar la vida y la trayectoria de las empresas familiares.
Juan Francisco Corona Ramón
Director general del Instituto de la Empresa Familiar y catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Abat Oliba CEU
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Visión transformadora y liderazgo positivo para el gobierno de la empresa familiar
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