Es necesario rediseñar la carrera profesional y personal

Teresa Martín-Retortillo

Presidenta ejecutiva de IE Exponential Learning y consejera independiente de una empresa del IBEX 35.

Con el aumento de la esperanza de vida y la modificación de las carreras profesionales se incrementa la necesidad de gestionar activamente tanto la propia carrera como el conocimiento y las habilidades necesarias para alcanzar el éxito al que toda persona aspira. Y todo es más sencillo si esta parte de un propósito personal sólido y claro. Este es el caso de Lucy Kellaway, que a sus cincuenta y siete años dejó la profesión de periodista en el Financial Times para dedicarse a la enseñanza secundaria y, en el camino, no solo contribuyó a reducir el problema de escasez de profesorado en este nivel en el Reino Unido, sino que además invitó a un grupo de profesionales a dejar sus carreras e incorporarse a la ONG Now Teach para dedicarse a la educación de jóvenes de entre 12 y 16 años.

Carreras más largas, cambio de visión

El futuro de la empleabilidad cambia dadas las perspectivas de vida actuales. Todo esto se produce por los rápidos cambios que se producen en nuestro entorno y la posibilidad de explorar y experimentar, ya que las carreras se alargan. Para perfiles sénior que superan los cincuenta años aparece una visión diferente dada la experiencia personal y profesional acumulada. Para muchos, los títulos, cargos y remuneraciones pasan a un segundo plano en favor del desarrollo de actividades que tienen una mayor transcendencia, como el medioambiente, la emigración, la educación, etc.

Una vez superados los 25-30 años de experiencia existe una oportunidad de volver a empezar, de modo que, si la persona tiene claro su propósito, es más fácil asumir riesgos y tomar decisiones al respecto. Elegir un proyecto que refuerce a uno mismo es más sencillo si se tiene claro un porqué o un para qué. Para que el proceso tenga éxito, es crítico permitir y acompañar a estos profesionales en el redescubrimiento de su propósito vital. Una vez identificado el propósito, este pasa a convertirse en una brújula y un criterio muy valioso en la toma diaria de decisiones. Todas ellas tienden a reforzarse, aclarando el camino y construyendo nuevas metas que pueden ser tanto o más ambiciosas que las de la etapa anterior.

En este contexto, hay que resaltar la importancia de seguir invirtiendo también en el desarrollo y cuidado de las relaciones personales. Los nuevos círculos de amistades se deben entender como un nuevo impulso para dar sentido a cada transformación personal. Como reconoce Herminia Ibarra, profesora de la London Business School, las relaciones que han favorecido el éxito en un papel profesional no son necesariamente las que permitirán el éxito en el siguiente capítulo. Por tanto, es muy importante actuar con visión estratégica sobre esa nueva red de relaciones profesionales que será necesario desarrollar. Como señala un estudio de la Harvard Medical School, Study of Adult Development, la calidad de estas relaciones es el mejor elemento predictivo para una vida más plena en esas fases de madurez del individuo.

 

Insatisfechos e inconformistas, pero motivados

Con el poso de la reflexión personal aflora el espíritu inconformista que tanto dinamismo aportó en el pasado. El viaje continúa con la renovación de valores, pero de una forma más estructurada y rodeado de nuevas personas.

Es importante reconocer la importancia del “desaprendizaje” que cuestione mitos e hipótesis sobre el crecimiento profesional de épocas anteriores para dar paso a un nuevo aprendizaje adaptado a las exigencias presentes y futuras.

En resumen, como señala Anita Hoffmann, directora general de Executiva y autora del libro Purpose & Impact, “porque vamos a vivir más tiempo y las cosas cambian rápidamente, unas industrias aparecen y otras desaparecen, saber cómo crear nuevas opciones para uno mismo se convierte en una habilidad de vida realmente esencial”.

El libro

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