2030 Viajando hacia el fin del mundo tal y como lo conocemos

Nadie sabe qué ocurrirá realmente en el espacio de una década. La realidad muestra que los acontecimientos son inesperados y sorprendentes. Sin embargo, resulta valioso fijarse en las tendencias presentes y analizar los movimientos que se están produciendo para ver hacia dónde se dirige el mundo de aquí a 2030. Y parece que muchas cosas van a cambiar…

Existen una serie de tendencias claras que hacen prever grandes cambios en el horizonte. La ola de la demografía viene marcada desde hace tiempo por un descenso notable de la natalidad, sobre todo en ciertas zonas, lo que trae consigo un progresivo envejecimiento de la población.

Mientras empresas y políticos centran su atención en los millenials y tratan de comprender sus gustos y preferencias, el grueso de la población estará compuesto en 2030 por el segmento de la tercera edad, quien dispone, además, de la mayor tasa de riqueza.

Por otro lado, el crecimiento demográfico y del poder adquisitivo de los países emergentes desplaza el foco de atención de las empresas hacia una nueva clase media, mientras que la tradicional de Europa y Estados Unidos languidece y se estanca.

Las ciudades acogen a un número cada vez mayor de habitantes, con el reto enorme que esto supone en términos medioambientales. Mientras las zonas urbanas compiten por atraer al talento y a las clases creativas, la desigualdad social no deja de aumentar en su seno.

La tecnología, por su parte, promete nuevos avances en multitud de ámbitos, pero también será sinónimo de nuevos retos…

Cuando varias olas de tal magnitud convergen en un momento, es muy probable que el mundo, tal y como se concibe en la actualidad, deje de existir. Vencer la incertidumbre que estos desafíos generan es crucial para detectar las oportunidades que vienen unidas a la situación. Existen una serie de trucos y de consejos, basados en el pensamiento lateral, para aprovechar los vientos de cola.