Dirección por misiones

Los avances que se han producido en los últimos años a escala internacional han transformado profundamente el mundo empresarial aumentando su complejidad. En la actualidad, para que una empresa perdure en el mercado necesita regirse por motivos que se alejen de los puramente económicos, de ahí que sea tan bienvenida una gestión novedosa como la «dirección por misiones», que conecta al líder de la organización con sus stakeholders, con la ayuda de un propósito importante que da sentido al trabajo diario de la empresa.

Ese propósito será la base que permitirá construir una cultura de compromiso, que motivará y velará por que todos los miembros de la organización trabajen juntos para alcanzar un objetivo común. De esta manera, se atraerá y mantendrá mejor el talento, que es cada vez más líquido debido los cambios que han traído los avances sociales y tecnológicos al mundo empresarial.

Al compromiso se unen el desarrollo de las misiones, que especifican de forma realista cómo puede la organización impactar en las vidas de quienes se benefician del propósito y designan quiénes son el objeto de ese propósito. Estas se rigen por unos valores determinados, que son conocidos por todos los stakeholders de la empresa, por un líder multifacético que se guía por el liderazgo por misiones y por una cultura de empresa más profunda.

La forma de concebir esa cultura responde a distintas perspectivas, que son la identificación de la organización con una máquina, con un organismo vivo y con una compañía conectada a la comunidad. La combinación de estos tres prismas lleva a un modelo integral de empresa que queda desarrollado ampliamente a través de la dirección por misiones. Esta es, en definitiva, una herramienta formada por numerosas capas cuya profundidad y alcance han de ser conocidas y distribuidas a todos los niveles de una organización para asegurar el éxito y la supervivencia de la empresa en un entorno cada vez más competitivo.