Ángel L. Arboníes sobre ‘Creating A Thinking Organization’
Ángel L. Arboníes
Socio fundador y director de Ángel Arboníes & Asociados
Estamos construyendo una nueva forma de entender la empresa. Estamos inventando las empresas y organizaciones del siglo XXI y, en este sentido, este libro es una interesante contribución.
La dificultad de inventar la nueva empresa -y la nueva gestión- está, sobre todo, en huir de la tentación de caer y utilizar las viejas fórmulas, todavía tan presentes en nuestros comportamientos. Inventar la nueva empresa será un largo camino, porque nos encontraremos con la habitual resistencia a lo nuevo, porque tendremos las lógicas dudas sobre lo que funcionará y, quizá lo más peligroso y decepcionante, encontraremos, con mucha frecuencia, sólo nuevas palabras, pero no necesariamente nuevas prácticas.
El pensamiento del management ha admitido de forma generalizada la necesidad de que la empresa utilice la capacidad intelectual de todas las personas, que explote el conocimiento de todos los componentes de la empresa. Ahora bien, al contrario que en otras situaciones precedentes, no existe modelo teórico aceptado al respecto y muchas empresas han iniciado, por delante de la academia o del mundo de la consultoría, prácticas de gestión del conocimiento. La difusión de estas prácticas, en la que se integra Creating a Thinking Organization, es una loable y necesaria iniciativa.
En realidad, cuando hablamos de gestión del conocimiento y del capital intelectual, no estamos tratando un “nuevo modelo”, sino un nuevo paisaje, una forma diferente de entender la empresa. Este nuevo paisaje se construye sobre la base de cuatro componentes de la organización empresarial: la cultura, las personas, la tecnología de la información y los nuevos elementos de medición del éxito.
Creating a Thinking Organization aborda de forma práctica las dos primeras áreas -la cultura y las personas-, tratando de aportar recetas de utilización inmediata. Quizá los puntos débiles del pensamiento genérico expuesto en este trabajo, en lo que se refiere a crear una organización que piensa, sean que se atribuye a la dirección una responsabilidad demasiado importante en cuanto a la creación de la cultura de empresa, convirtiendo esta tarea en un programa, y que, en lo que respecta al comportamiento de los individuos, se concentra en el comportamiento individual y no aborda el comportamiento de equipos y grupos.
Todo el trabajo se estructura en tres partes complementarias para las organizaciones que piensan:
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- Una cultura basada en una visión y en grandes reglas. Quizá es un poco ingenuo pensar que formular las grandes reglas cambia los comportamientos, pero al menos es un paso y, en todo caso, las “reglas de oro” establecidas por el autor son muy aleccionadoras y estimulantes. Lo más interesante, sin embargo, y sobre lo que no se desarrolla reflexión alguna, es la idea que se expone de establecer una combinación de visión clara y definida con la autonomía y el autocontrol de las personas, frente a la fórmula contraria de la empresa tradicional, que, sin una clara visión, acentúa los mecanismos de control de personas y tareas.
- Cómo crearse retos y establecer modelos mentales alternativos. Para crear una organización que aprende, hace falta pensar de forma diferente y, en este sentido, el autor recuerda y aporta, de su cosecha, algunas técnicas de creatividad y pensamiento creativo.
- Las expresiones sobre liderazgo son igualmente interesantes y se despliegan en una tercera parte, donde se construye la figura de un líder sobre la base de cuatro elementos: posición, competencia, habilidad de comunicación y carisma. Además, la obra explica las consecuencias del liderazgo cuando se tienen puntos débiles en alguno de estos aspectos.
En definitiva, éste es un libro que podría etiquetarse de práctico. Una lectura interesante para poner en forma de lista de la compra algunas cuestiones relacionadas con la cultura y la forma de promover la descentralización de la iniciativa, y la autonomía de las personas. No obstante, parece igualmente necesario aconsejar que la lectura de este manual práctico sea complementada con lecturas más globales e integradas que nos ayuden a capturar un referente más amplio para inventar las organizaciones del siglo XXI, objetivo que va a exigir una práctica e investigación académica intensa en los próximos años.
El libro
Reglas básicas para la gestión del capital intelectual
Rikki Hunt
Este libro recoge los principios básicos para aprovechar mejor el capital intelectual de la empresa. Las capacidades técnicas y financieras ya no son suficientes para el éxito empresarial. En la [...]