Antonella Broglia sobre ‘Change by Design’

Antonella Broglia

Doctora por la Universidad de Módena y miembro de Infonomía

El libro de Brown ofrece diferentes elementos de inspiración muy valiosos, que deberían generar una reflexión profunda sobre su aplicación e impacto en la empresa y nuestra manera de desarrollar la innovación. El pensamiento de diseño, como propone Brown, es un gran generador de innovación a gran escala y también puede ser una herramienta para resolver grandes problemas sociales.

El primer elemento crucial es el gran acento en la observación. Esto es lo primero que deberíamos tomar prestado del procedimiento del diseñador, para aplicarlo en nuestro trabajo diario. Todo proceso de diseño empieza por la observación del entorno. Observar la vida real de la gente real es la mejor manera de conseguir esos insights que están en la base de la innovación.

Los cientos de cosas que las personas hacen sin pensar son una valiosa fuente de inspiración, porque ponen de manifiesto necesidades reales que no están cubiertas. También es fundamental, dice el autor, la observación de lo que la gente no hace y de lo que no dice. Está bien observar el comportamiento de nuestro público de referencia, aunque a veces es más interesante observar a consumidores que están en la frontera, más extremos: no una niña que juega con una Barbie, sino alguien que ha coleccionado 150 modelos de esta muñeca. Gente diferente que piensa y consume diferente. Observar genera ideas inesperadas e innovadoras.

El segundo fundamento es otorgar gran importancia al equipo, que es el ingrediente clave de la innovación. La imagen del individuo que inventa todo solo en un garaje es una idea del pasado. Hoy se inventa en equipo y se diseña en equipo, que es multidisciplinar. Ahora, lo más habitual es que el diseñador esté sentado con el psicólogo, el ingeniero, la persona de ventas y de márketing y otros creativos, ya que así es como se libera el verdadero poder creador de una organización. Además, deben ser personas en forma de T, es decir, personas con conocimientos de su disciplina lo suficientemente profundos como para aportar algo significativo, pero al mismo tiempo con una cierta apertura, una disposición a entender otras disciplinas. Con este tipo de personas, tan difíciles de encontrar pero tan necesarias, los proyectos son de todos y todos se sienten responsables.

Sin embargo, el tercer y más importante principio es cuestionar. Cuestionar lo establecido, incluso lo que funciona y da dinero, es un gran detonante para la innovación. ¿Qué pasaría si todos mis clientes actuales dejaran de comprarme? ¿Qué ocurriría si tuviera que producir con mitad del presupuesto que tengo? ¿Qué sucedería si vendiera un ordenador no entero, sino por piezas? Como han afirmado los fundadores de Google, ponerse límites es muy interesante para ayudar a crear. Por qué y por qué no son palabras clave en el pensamiento de diseño; retan a la rutina y abren camino a posibles soluciones que son saltos hacia lo desconocido, algo que ahora no existe, pero que podría ser. Se reconoce al “cuestionador” fácilmente, porque su comportamiento es a veces irritante y porque siempre lleva la contraria. Este es precisamente el tipo de perfil que necesita toda empresa que desea abrir las puertas al pensamiento de diseño.

El libro

Cambiar a través del diseño

Tim Brown

Hasta hace unos años, los diseñadores integraban soluciones creativas con lo tecnológica y económicamente viable. Así se han desarrollado muchos de los productos actuales. El pensamiento de [...]

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