Antonio Flores sobre ‘Las buenas ideas’
Antonio Flores
Consejero delegado de Loop Business Innovation
Existen infinidad de publicaciones y trabajos que destacan la importancia de la innovación y de los modelos de negocio que se derivan de ella; publicaciones como Blue Ocean Strategy, de Kim y Mauborgne, o Business Model Generation, de Osterwalder, conciencian y dan pautas para maximizar la explotación de una buena idea que nos ha conducido a un plácido océano azul. Pocas, muy pocas publicaciones se centran en el elemento inicial de cualquier buen modelo de negocio: la idea iniciadora o germinal.
Steven Johnson intenta “coger el toro por los cuernos” de algo que realmente conforma un vacío metodológico y de procedimiento: ¿de dónde vienen las ideas?, ¿cómo pueden generarse de una forma proactiva? En este punto cabe destacar que es muy distinto pautar la generación de una idea como consecuencia de un proceso reactivo de acumulación de experiencias y enfocado a una circunstancia que hacerlo para un proceso continuado y proactivo de generación de ideas enfocado a un problema. Esa es la diferencia existente entre un “inventor” y un profesional de la innovación, entre un proceso de mejora continua o la innovación disruptiva que transporta a un paradigma nuevo.
La gran receta de Johnson se llama actitud. Lo mejor que se puede hacer es inculcar la actitud que provoca y facilita la innovación; esto es mucho más efectivo que cualquier proceso o método. Para “cultivar una actitud” es importante seguir una serie de pautas: la atención al cambio, el entorno enriquecedor, el gusto por el trabajo bien hecho, etc. Son conceptos basados en el sentido común y en el “amor” por lo que hacemos, que, pese a ser simples y básicos, resultan esenciales y de difícil implantación en el día a día de la empresa.
Otra de las ideas que envuelven todo el mensaje de Johnson es el “concepto de ecosistema” o de interrelación de una serie de aspectos en pro de la innovación y la cultura de las ideas; esto es, la importancia de la intuición como forma de expresar el proceso de mejora continua que todos realizamos de forma sistémica en nuestro interior y que está basado en nuestras rutinas diarias.
La revelación de que una idea conduce a la siguiente y de que “muchas ideas” generan otras tantas pone de manifiesto que la riqueza de las personas o de las organizaciones no está en la explotación de una idea obtenida, sino en la capacidad continuada de generar ideas.
Johnson habla de “la conectividad de las ideas” y de la eficiencia de esta conexión en pro de la innovación; particularmente opino que lo que está conectado hoy es el conocimiento, ya que prácticamente no existen barreras para contenerlo. Las ideas son la consecuencia del análisis que hacemos los humanos del conocimiento y, por este motivo, a igualdad de conocimiento, igualdad de ideas. En este sentido deben tenerse en cuenta dos aspectos: la velocidad para analizar el conocimiento e implantarlo en nuevos modelos de negocio y la importancia del filtro personal o corporativo con el que analizarlo.
Finalmente, este libro nos conciencia de la importancia de aprovechar ideas o conocimientos ya existentes. Yo añadiría que todas las ideas deben ir enfocadas a solucionar problemas o necesidades y estas, afortunadamente, no varían mucho con la evolución de la sociedad: nuevas ideas para necesidades de siempre.
El libro
De dónde vienen las buenas ideas: mitos y realidades
Steven Johnson
El contexto empresarial actual demanda grandes dosis de innovación y de creatividad. Poder anticiparse a la competencia, prever usos no conocidos de una tecnología ya desarrollada o invertir en [...]