Inmaculada Freije Obregón sobre ‘La agenda’

Inmaculada Freije Obregón

Profesora de Estrategia Empresarial en la Deusto Business School

Hammer advierte que se ha pasado la época de las modas y la frivolidad en la gestión, porque vienen tiempos duros: la diferenciación es cada vez más complicada, la competencia más dura y los clientes más preparados y exigentes. Los tiempos duros son la norma. Sólo excepcionalmente se dan las condiciones que permiten conseguir resultados sin grandes esfuerzos. Por ello, los directivos necesitan una nueva “agenda”.

El autor se apoya en el análisis y observación de empresas de larga trayectoria en mercados maduros para extraer una serie de principios generales de aplicación en cualquier tipo de empresa y sector. El trabajo presenta un carácter mixto: por un lado, descriptivo, al analizar lo que algunas empresas ya hacen, y, por otro lado, prescriptivo, al definir lo que deben hacer. En ningún caso se ofrecen simples recetas: el gestor es el responsable de trasladar esos principios a la realidad de su organización.

Aunque el enfoque se pone en los procesos (no podría ser de otra manera siendo su autor uno de los “padres” de la reingeniería), el punto de partida es siempre el mercado: los procesos se deben rediseñar desde la perspectiva de la atención a los clientes. De hecho, los dos primeros puntos de la agenda se centran en el mercado. El primero pone el énfasis en las contraprestaciones que implica la compra del producto o servicio para el cliente y el segundo se enfoca en la cobertura de las necesidades del cliente desde una perspectiva integral. Otro aspecto que ocupa un lugar primordial en el planteamiento es la necesidad de colaboración tanto dentro de la empresa como con otras organizaciones: clientes y proveedores. El autor aboga por un planteamiento de especialización basado en las fuerzas de cada uno de los agentes que intervienen en el proceso total.

Además, como la puesta en práctica de la agenda supondrá un cambio importante en cualquier empresa, la obra ofrece una guía-resumen para su implementación. Para finalizar, el autor defiende que la mejor forma de adaptarse a la aceleración del cambio es preparar a la organización para detectarlo cuanto antes y para adaptarse rápidamente.

En una literatura de gestión inundada en épocas recientes de trabajos cuyo argumento fundamental es la necesidad de innovaciones radicales y grandes visiones, resulta reconfortante volver al énfasis en la sistemática, el esfuerzo continuado, la colaboración y el trabajo bien hecho por toda la organización.

El contenido de la obra presenta gran interés en el actual entorno competitivo fundamentalmente porque los procesos permiten diferenciaciones en aspectos menos “visibles” y de los que la empresa se puede “apropiar”, por lo que serán también más sostenibles. El lector puede encontrar muchas ideas que le ayuden en la búsqueda de nuevas ventajas competitivas basadas en los procesos en su organización. Sin embargo, sí queremos advertir que el planteamiento del autor con respecto a que el negocio depende de la ejecución no debe llevarnos a olvidar la necesidad de prestar una atención global a la gestión: es importante que el cuidado de la operatividad, la organización y los procesos no derive en el olvido de la estrategia, lo que haría perder oportunidades a la empresa.