Jaume Gurt sobre ‘Trabajar en la era digital’

Jaume Gurt

Director de Organización y Desarrollo de Personas en Schibsted Spain y portavoz de InfoJobs

Muchos de los puestos de trabajo actuales podrán, en un futuro no muy lejano, ser desempeñados por máquinas. Sin embargo, estas nunca serán humanas. Por tanto, la primera competencia imprescindible de los trabajadores en la economía digital y en sus innumerables e impredecibles derivadas es la humanidad. O así será en el futuro.

Echemos primero un vistazo al presente: en InfoJobs analizamos periódicamente lo que llamamos “puestos emergentes”. Son profesiones que no existían hace una década y con muy pocos candidatos para cada vacante. Programadores de aplicaciones móviles (cuya demanda se ha multiplicado en cinco años), especialistas en front-end y back-end, desarrolladores de soluciones de big data, programadores de HTML5… Todos estos puestos responden a un mismo segmento: el de la tecnología. Y el cambio apenas está empezando.

Lo cierto es que la baja competencia existente entre los candidatos que aspiran a estos puestos se explica por el hecho de que la formación no tiene la agilidad suficiente para responder al vertiginoso cambio tecnológico. Los planes educativos, pero también las empresas con sus trabajadores, tienen que reconocer e identificar estas necesidades del mercado laboral y formar en consecuencia.

Otro signo de estos tiempos es la globalización, ya sea física o virtual. En ese escenario, los idiomas se convierten en otra de esas competencias que ponen a una persona de Oviedo en disposición de trabajar para una empresa que está en China y con la que se comunica en inglés.

La autonomía es un rasgo que puede resultar decisivo en las carreras profesionales futuras. El autoempleo es una tendencia al alza y una constante en el mercado laboral de la aún incipiente economía digital, tanto en las tecnologías instrumentales (movilidad, cloud computing y big data) como en las transformadoras (Internet de las cosas y su aplicación a smart cities e Industria 4.0), por seguir con la división establecida por Luis Lombardero.

Lo que por ahora sabemos de estos profesionales es que tienden al autoempleo o a la formación de pequeñas empresas con perfiles complementarios capaces de asumir proyectos de mayor envergadura. Ya sean autónomos o trabajen por cuenta de terceros, consideran su formación, capacidad y experiencia como su verdadera empresa, a la que realmente dedican sus esfuerzos. Oferta no les falta. Por eso, las competencias de autonomía y compañerismo para trabajar en equipo no solo no se contradicen entre sí, sino que incluso resultan complementarias y, ambas, necesarias.

Y así es como llegamos al escenario del futuro, en el que los trabajadores con competencias tecnológicas, idiomas, autonomía y dotes para el trabajo en equipo tienen lo que el mercado laboral demanda. La primera de estas virtudes, la puramente técnica, se adquiere con capacitación y hace referencia a la interacción de máquinas y humanos; las otras tres, a las relaciones entre personas. Por eso decimos que los futuros directivos tendrán que ser más humanos y saber gestionar desde el ejemplo, desde la inspiración, unas competencias que son también válidas para toda la escala jerárquica de las empresas. Entender a las personas y sus necesidades será la ventaja diferencial de los trabajadores en ese mundo robotizado al que nos dirigimos.

Jaume Gurt

Director de Organización y Desarrollo de Personas en Schibsted Spain y portavoz de InfoJobs

El libro

Escribe y pulsa intro para buscar