José Antonio González sobre ‘Leading Outside the Lines’

José Antonio González

Consejero de Sycom Training

Las metáforas permiten visualizar y comprender mejor dos conceptos que deben tener muy presentes las empresas que quieran afrontar con valentía y garantías de éxito el incierto y confuso futuro. Ahora más que nunca, para conocer el valor de cada uno de estos dos conceptos es necesario que tanto la dimensión formal como la informal de la empresa se encuentren adecuadamente integradas y sincronizadas entre sí.

Comparemos, por ejemplo, la empresa con un molino eólico y veamos qué necesita este para convertirse en un molino “rentable y productivo”. Son necesarios dos elementos clave: por una parte, la construcción tecnológica perfecta del molino como tal (dimensión formal) y, por otra, el viento suficiente y la colocación del molino en el lugar adecuado (dimensión informal).

De este modo, existen empresas que tecnológicamente pueden ser consideradas casi “molinos perfectos”, pero que han cuidado muy poco los vientos y, cuando estos aparecen, están mal sincronizadas con el objetivo final, que es que el molino genere energía, se mueva y sea rentable.

Siguiendo con el ejemplo, en el entorno empresarial, para que el viento mueva el molino es imprescindible llegar al corazón de los directivos y de sus clientes. Las empresas son las que mueven o paralizan a las personas. Hasta no hace mucho tiempo se ha pensado que este era un “efecto mágico”. Ahora, el significado y el valor que la dimensión informal tiene en las empresas están avalados científicamente por estudios de las ciencias neurológicas.

En el año 1995, Daniel Goleman populariza la expresión inteligencia emocional y estima que se puede organizar en cinco capacidades: conocer las emociones y los sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación y gestionar las relaciones.

En este contexto es cada vez más evidente la necesidad de que se produzcan cambios muy profundos principalmente en la selección y la formación de directivos, ya que, siguiendo con la comparación eólica, un porcentaje importante de los molinos no están funcionando correctamente, debido a la falta de viento, energía emocional y valores. Estos principios se encuentran expresados por escrito en la misión, la visión y los valores de la empresa, pero en muchos casos están ausentes en la forma de pensar, sentir y comportarse con compromiso y coherencia de las personas que integran las empresas.

Cuando el pensamiento, la emoción y el comportamiento de las personas están sincronizados adecuadamente con los objetivos, la planificación estratégica y los sistemas tan sofisticados de la empresa es cuando se puede afirmar que los molinos serán efectivos. Solo en ese momento es cuando se puede decir que se inicia el camino de recuperación y superación de la ya tan famosa “crisis”.

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