José Manuel Casado sobre ‘Productividad extrema’

José Manuel Casado

Presidente de 2.C Consulting y distinguished clinical professor del Instituto de Empresa.

En el Índice de Competitividad Global 2012-2013, elaborado por el Fondo Económico Mundial, España ocupa, lamentablemente, una posición bastante baja: el puesto 36 entre 144 países. Este ranking es un buen indicador de las tendencias a largo plazo que están dando forma a la competitividad de las economías del mundo. En este sentido, ofrece información útil sobre las áreas claves en las que los países deben actuar si quieren optimizar la productividad que va a determinar su futuro económico.

La competitividad de los países depende de la innovación y la tecnología, de los mercados financieros y, sobre todo, de la productividad de la fuerza de trabajo; pues bien, el libro Extreme Productivity es un regalo que su autor, Robert C. Pozen, un magnífico profesor de la Harvard Business School, pone a nuestra disposición para que quienes formamos parte de este tercer elemento de la competitividad, es decir, los directivos y los trabajadores, maximicemos nuestra productividad. Y digo que es un regalo porque nos ofrece generosamente pautas y consejos aplicables al día a día de los directivos para que aumentemos nuestra eficiencia y seamos mucho más productivos. Además, Robert C. Pozen nos recuerda que la productividad personal hace referencia a la cantidad y la calidad de los resultados que obtiene cada persona en función de los objetivos que se ha propuesto. Nos clarifica que, para ser más productivos, necesitamos cambiar nuestro paradigma de gestión y tener una mentalidad diferente. Esto se relaciona con alejarnos de lo urgente para trabajar más en lo importante, centrándonos especialmente en las prioridades fundamentales; organizarnos cada día de la forma más eficiente posible; leer, escribir y hablar con eficacia; gestionar bien a los de abajo, pero también a los de arriba; y conseguir una vida más productiva y satisfactoria, algo inviable sin el adecuado equilibrio entre lo profesional y lo personal. Con una lógica aplastante y una claridad didáctica ejemplar, solo posibles gracias al buen hacer de un gran profesor, el libro explica y desgrana perfectamente cuáles son los elementos fundamentales para mejorar los resultados maximizando la productividad. El texto, plagado de prácticos consejos que se adornan de jugosas recomendaciones, como, por ejemplo, visualizar desde el principio el producto final del proyecto, reservar tiempo para pensar o reducir al mínimo las reuniones, nos descubre las claves para incrementar o maximizar nuestra productividad, al tiempo que nos ofrece un compendio de herramientas y trucos totalmente aplicables a nuestro ajetreado día a día para que hagamos las cosas aún mejor. Le aseguro que el libro no le dejará indiferente y quizá haya quien incluso lo considere demasiado práctico, pero le garantizo que, después de leerlo, el directivo será más consciente de qué cosas está haciendo bien y debe continuar haciendo, qué debe dejar de hacer y qué debe empezar a hacer en su trabajo. En definitiva, habrá aprendido a ser más eficaz y productivo como directivo, lo que mejorará el logro de resultados.