Juan Gastesi sobre ‘Conserve a sus empleados valiosos’

Juan Gastesi

Director de Recursos Humanos de CAF

Las personas están adquiriendo un valor estratégico de gran relevancia. Más, si tenemos en cuenta la permanente orientación de la demanda hacia mayores niveles de exigencia en cuanto al conocimiento.

En el contexto económico actual, la empresa debe conservar el talento, en aquellos trabajadores que contribuyen al éxito del negocio, marcando la diferencia. No se trata de los empleados más cultivados o más formados. Además de en los despachos, están en los talleres y mostradores. Son personas inteligentes, habituadas al cambio, independientes, ansiosas de aprender, familiarizadas con las nuevas tecnologías, creativas, flexibles, con iniciativa. Se han convertido en el principal recurso de la nueva economía, y son un recurso difícil de retener.

La empresa ha constatado que la satisfacción del cliente está estrechamente relacionada con la del trabajador. La sociedad ha experimentado y está inmersa en un cambio profundo; un cambio que lleva consigo el crecimiento personal de los individuos.

La empresa ya no es tanto el patrón justo y de por vida. Los empleados han depositado ahora la confianza en sí mismos, como dueños de una carrera profesional -abierta- y son dueños de un activo: el conocimiento: Así, el trabajador es fiel a su carrera, más que fiel a su empresa.

Esta nueva situación, los cambios en los valores y la creciente necesidad de atraer y conservar a los empleados más capaces, está obligando a las empresas a establecer políticas de actuación, que deben, sobre todo, satisfacer las necesidades del empleado y permitir articular las dimensiones laboral y personal, cuya frontera es cada vez más difusa.

La obra de Suzanne Dibble presenta -tiene la gran virtud de proponer- un tema crítico, por su importancia innegable y por su oportunidad. Las empresas están en este preciso momento viviendo esta cuestión y la obra viene a plantear de forma ordenada y rigurosa los aspectos que hay que tener en cuenta y los principales elementos de reflexión.

La retención de los empleados más capaces no se va a poder hacer con las herramientas laborales del siglo XX. El libre juego de intereses entre partes independientes se constituye en rasgo básico de la relación laboral que se apunta en el nuevo siglo; debe tener en cuenta nuevos elementos y poner en marcha nuevas herramientas.

Es ésta una de las aportaciones más relevantes de la obra: la retención, la conservación, debe gestionarse activamente, poniendo al día los elementos precisos que entran en juego, adecuándolos al momento, no sólo económico, sino también cultural y sociológico, que estamos viviendo.

Entre las razones que explican la fuga de talentos, cabe destacar la progresión y el crecimiento profesional: los profesionales están habituados hoy a viajar y moverse en entornos ambiguos y diversos, y dan prioridad a su desarrollo personal. La retribución ya no tendrá la vigencia y la estabilidad actuales. La motivación económica sólo funciona a largo plazo.

El desarrollo y la promoción deben orientarse a la adquisición de nuevas capacidades y a un “ensanchamiento” de la trayectoria profesional más que a la permanente cualificación técnica y promoción jerárquica.

También debemos hablar de cultura y ambiente de trabajo: es importante tener la oportunidad de participar en los procesos de toma de decisiones, fomentando el compromiso y el enpowerment.

Keeping Your Valuable Employees nos va a animar a diseñar estrategias para la retención de talento y nos va a proporcionar orientaciones para poner en marcha planes personalizados, a medida, que contemplen prácticas de éxito vinculadas a la progresión y al crecimiento de los profesionales, a la propia selección, al reconocimiento y retribución y a la cultura organizativa.

En cada apartado se nos va a requerir un esfuerzo de actualización, de revisión y de renovación de nuestras propias prácticas actuales, incorporando elementos novedosos que estén más en contacto con las necesidades actuales de nuestros empleados más valiosos.

La obra de Suzanne Dibble supone, además de la reflexión que presenta, una interesante aportación a este enfoque de revisión y actualización de la política de retención, que debe gestionarse activamente.

La permanencia del trabajador, en definitiva, va a depender de la satisfacción integral de sus necesidades profesionales, y ello debe alinearse con las necesidades empresariales.

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