Leopoldo Alandete sobre ‘Liderazgo basado en resultados’

Leopoldo Alandete

Socio fundador de Workplace Innovation Group y director general en Alandete Inversiones y L.A. & Asociados

Results-Based Leadership es una excelente obra de Dave Ulrich, Jack Zenger y Norm Smallwood. Dave Ulrich ya nos ha obsequiado anteriormente con interesantes trabajos como Human Resources Champions y no es casualidad que haya sido elegido por Business Week como uno de los diez mejores educadores en management y el mejor en gestión de personas.

La obra es eminentemente práctica desde su concepción, como queda patente desde la lectura de sus primeras páginas. Todo el trabajo está orientado a la acción y hacia la cuenta de resultados en sentido amplio, la que incluye a clientes externos, internos y accionistas. Es fácil adentrarse en sus páginas, con cuadros y preguntas de gran interés para nuestras empresas.

Una de las virtudes de la obra es que desde el principio liga liderazgo y resultados. Todos conocemos la importancia del liderazgo, nadie duda que juega un papel imprescindible en el desarrollo de la empresa, su crecimiento y rentabilidad, no sólo en el corto, sino también en el medio y largo plazo.

Results-Based Leadership amplía el significado habitual del liderazgo y lo sitúa en su verdadero contexto, unido a los resultados. La miopía a veces nos hace pensar solamente en algunos de los factores necesarios para el éxito. Solemos centrarnos en los resultados financieros y comerciales de forma preferente, olvidándonos con frecuencia de otros, como los resultados para empleados (clientes internos de la organización), clientes externos (que recogen o deberían recoger y disfrutar de la proposición de valor) y accionistas (clientes externos no sólo de la alta dirección, sino de toda la organización).

Los líderes eficientes fijan la dirección, desarrollan sus capacidades (integridad, pensamiento analítico, seguridad en sí mismo), movilizan a su gente en la dirección adecuada (implicando, motivando y delegando), y logran que su gente llegue a su pleno potencial desarrollando las capacidades de la empresa (equipos de trabajo, dirección del cambio).

Es bueno preguntarse: ¿hasta qué punto estoy orientado al cliente?, ¿analizo y pongo en marcha nuevas posibilidades?, ¿doy a mi empresa una dirección clara de a dónde debemos ir?, ¿articulo una visión fácil de entender y la comunico constantemente?, ¿veo el negocio desde la óptica del cliente?, ¿paso de las ideas a la acción?, ¿desarrollo situaciones de colaboración y mejora para mi gente?, ¿comparto poder y responsabilidad dando las herramientas necesarias?

El capital humano está infrautilizado y tradicionalmente los directivos (antiguos jefes) no saben dirigir y sacar el máximo de su gente. El liderazgo debe desarrollar el capital humano de la organización creando un contexto que potencie su rendimiento. Capital humano = capacidad de los empleados x dedicación.

El liderazgo efectivo es el producto de multiplicar los atributos por los resultados, ¿cómo medimos nuestros resultados? Una vez que sé los resultados que debo alcanzar, ¿qué hago para lograrlos?, ¿hasta qué punto son mis resultados equilibrados para empleados, clientes e inversores?

La estructura de la organización restringe y condiciona cómo piensa la gente y determina su actividad. Es función del líder diseñar una organización que desarrolle las capacidades de la gente y obtenga lo mejor de todos y cada uno de sus miembros creando un marco en que la comunicación sea fluida, la delegación verdadera, se fomente el desarrollo de capacidades, el trabajo en equipos y la orientación a los resultados sea premisa básica de funcionamiento. El liderazgo en su propia esencia debe estar vinculado a los resultados, debe ser efectivo y eficiente. En resumen, estamos ante una excelente obra que le ayudará a ser un líder enfocado a resultados.

El libro

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