Descripción
A medida que se acercaba el final del siglo XX, LEGO, en gran parte una compañía analógica, se encontró a sí misma decayendo en un mundo digital que se movía más rápidamente y era más competitivo. En 1998, la central de LEGO en Billund (Dinamarca) reportó pérdidas de 48 millones de dólares. Para ponerse al día, desplegó una ambiciosa estrategia de crecimiento, basada en siete de las verdades sobre la innovación más aceptadas para desarrollar nuevos productos y servicios, que durante un tiempo pareció funcionar. Sin embargo, en 2003 se enfrentaba a la bancarrota. LEGO nombró a un nuevo consejero delegado, Jørgen Vig Knudstrop, que, empleando las mismas siete verdades sobre la innovación, en siete años no solo salvó al grupo de la bancarrota, sino que además casi cuadruplicó las ventas. ¿Qué hizo distinto, si había aplicado los mismos principios que su antecesor?
Claves
- Por qué es clave mantener un ritmo adecuado en el lanzamiento de nuevas innovaciones radicales.
- El principio de la innovación disruptiva que parece resistírsele a LEGO.
- Cómo la sabiduría de sus fans y un equipo multicultural y multidisciplinar dieron origen a los mayores éxitos de la historia de la compañía.
Tribuna
Autores
David Robertson
Profesor de Innovación y Desarrollo de Productos en la Wharton Business School. Con anterioridad fue titular de la cátedra LEGO de Innovación y Tecnología en el Instituto para el Desarrollo de la [...]