Descripción
La tecnología es para el mundo actual el aceite que empapa los engranajes de la sociedad y el motor de Silicon Valley, situado en Estados Unidos, entre San José y San Francisco. Se trata de un área que reúne entre sus calles a algunas de las mentes más destacadas de la actualidad, reconocidas en el imaginario colectivo con nombres como Bill Gates, de Microsoft, Elon Musk, de Tesla, Mark Zuckerberg, de Facebook, o Larry Page y Sergey Brin, de Google.
Claves
- El porqué y el cómo de Silicon Valley
- Startups: el nuevo sueño americano
- IA: más allá de la imaginación
La tecnología es para el mundo actual el aceite que empapa los engranajes de la sociedad y el motor de Silicon Valley, situado en Estados Unidos, entre San José y San Francisco. Se trata de un área que reúne entre sus calles a algunas de las mentes más destacadas de la actualidad, reconocidas en el imaginario colectivo con nombres como Bill Gates, de Microsoft, Elon Musk, de Tesla, Mark Zuckerberg, de Facebook, o Larry Page y Sergey Brin, de Google.
Silicon Valley dirige la revolución digital que ha transformado el mundo. Ha dejado de describir realidades para crearlas, cambiando la forma de interactuar de las personas y su concepción sobre conceptos como la ubicación, el espacio y el tiempo. Desde proyectos como coches sin conductor, carne sintética y la posibilidad de una colonia en Marte, el más llamativo es el desarrollo de la inteligencia artificial, que superaría a la humana y colocaría a la humanidad en un lugar histórico aún desconocido e indebidamente analizado.
A ojos de pensadores como Georg Wilhelm Friedrich Hegel, adelantarse a ese futuro es posible analizando el pasado y el presente por parte de expertos en la materia. De esta manera, se resolvería una de las inquietudes que tiene actualmente dividida a la población, entre quienes miran ansiosos hacia el futuro y quienes temen los frutos del desarrollo tecnológico. Como adelanto del porvenir, siguiendo el camino recorrido hasta ahora, la creatividad, presente en el lado derecho del cerebro humano, tomaría las riendas de la inteligencia formal, presente en el lado izquierdo. Ello supondría que todas las tareas rutinarias que pudieran ser realizadas por ordenador, las realizarían las máquinas y que todas las que se pudieran llevar a cabo en países como China e India, únicamente se realizarían allí, dejando un espacio laboral libre a ocupar.
Desentrañar los misterios ocultos en lo digital depende de sumergirse en un análisis filosófico de la tecnología, descifrando su impacto a todos los niveles, tal como anheló el tecnófobo Martin Heidegger, quien vio en la tecnología una relación con la verdad que aún no ha sido analizada.