Descripción
Durante los últimos doscientos años, los países capitalistas de libre mercado han sido testigos de una prosperidad y un desarrollo humano sin precedentes. Las empresas de esos sistemas capitalistas han sido las principales impulsoras. Hoy en día estamos mejor informados y conectados, somos más solidarios y somos más conscientes de lo que ocurre a escala mundial que nunca. Aun así, la gente está sufriendo unos niveles cada vez más altos de estrés y depresión.
Claves
- Las cuatro características de las mejores empresas para trabajar.
- Las tres virtudes que convierten a una persona en un jugador de equipo ideal.
- El mapa de “los cuatro rincones” en los que se encuentran las personas.
Durante los últimos doscientos años, los países capitalistas de libre mercado han sido testigos de una prosperidad y un desarrollo humano sin precedentes. Las empresas de esos sistemas capitalistas han sido las principales impulsoras. Hoy en día estamos mejor informados y conectados, somos más solidarios y somos más conscientes de lo que ocurre a escala mundial que nunca. Aun así, la gente está sufriendo unos niveles cada vez más altos de estrés y depresión.
En buena medida, podemos echarle la culpa a un mal liderazgo. El sistema existente ha llevado a los puestos directivos a personas que están dispuestos a hacer lo que sea necesario para lograr las cifras sin considerar, por un lado, el coste humano y, por otro lado, las consecuencias a largo plazo para la salud de la organización. Tales dirigentes se han acostumbrado a considerar el liderazgo solo desde el punto de vista del poder y el control, siendo el líder quien ordena a sus subordinados y los subordinados quienes obedecen para satisfacer al líder. En las empresas en las que ocurre esto, los trabajadores están tan ocupados en cumplir las tareas correspondientes a su posición o cargo de la manera más autónoma y rápida posible que se olvidan de la visión general de la empresa, la razón de existir.
La buena noticia es que existe una alternativa mejor al liderazgo tradicional que el mundo necesita desesperadamente: el “liderazgo servicial”, concepto que el empresario estadounidense Robert K. Greenleaf introdujo por primera vez en 1991. Sin embargo, aunque no tuviera nombre, podemos decir que este concepto viene de lejos. Mahatma Gandhi, Martin Luther King y Nelson Mandela son ejemplos modernos bien conocidos de líderes que han puesto de manifiesto esta filosofía a lo largo de la historia.
El liderazgo servicial consiste en ayudar a las personas a tener éxito, tanto en el ámbito profesional como en el individual. Se trata de servir a aquellos de quienes somos responsables y ante quienes somos responsables. Al igual que todos los buenos liderazgos, este empieza con un cometido visionario, que implica no solo la fijación de unos objetivos, sino también la determinación de una visión convincente de quiénes somos, adónde nos dirigimos y qué guiará nuestro camino. Si los jefes no tienen una visión y un propósito convincente al que dirigirse, la única cosa que les queda a la que servir es su propio interés.
Tribuna
Bernardo Bárcena
Cofundador y director de Experiencia Líderes, profesor de Liderazgo, Negociación y Creatividad en UADE Business School, Escuela de Negocios de UCA, Escuela de Negocios de IDEA, UP Business School, Universidad Austral y Universidad Latina de Panamá y autor de los libros ‘El liderazgo de Francisco’, ‘Trato hecho’ y ‘Negociación’.
Autores
Ken Blanchard
Fundador de The Ken Blanchard Companies y coautor de ‘El ejecutivo al minuto’ y de otros más de sesenta libros.
Otros contenidos de los autores
Libro en 15'