Equipos campeones

El trabajo en equipo es absolutamente esencial en el mundo laboral actual debido a la complejidad de los retos a los que debe enfrentarse una organización. Por ello, es importante comprender el concepto de equipo, diferenciando entre un “buen” y un “gran” equipo.

Las principales características diferenciadoras de los grandes equipos son el rendimiento y el compromiso. En cuanto al rendimiento, un gran equipo es aquel cuyos miembros adoptan un estilo de vida que implica trabajar sin descanso por ofrecer la mejor versión de todo el conjunto. Implica ir más allá, priorizando la dedicación y el esfuerzo.

Respecto al compromiso, todos los miembros del equipo deben estar totalmente comprometidos con el propósito, haciendo todo lo que esté en sus manos. Es importante que se comparta el mismo nivel de compromiso, con lo que se conseguirá evitar conflictos y generar sentimiento de pertenencia.

Un gran equipo, además, reúne ciertas características adicionales. Una de ellas es que sus miembros comparten un mismo estilo de vida y conceden el mismo sentido a la actividad que los identifica.

Otra característica importante tiene que ver con la forma en la que los equipos aprenden: en los grandes equipos, todos los integrantes aprenden de los errores de los demás compañeros. Tienen muy claro que, si falla algún miembro, falla el equipo. En un gran equipo se trabaja por que el equipo sea mejor.

Además, los miembros de un gran equipo se admiran entre sí y confían plenamente los unos en los otros. Esta confianza está basada en la capacidad de dar el máximo de uno mismo, en lugar de depender del error.

Finalmente, una forma muy evidente de detectar grandes equipos es la forma en la que afrontan las situaciones difíciles. Los buenos equipos se centran en las críticas que se reciben del exterior, mientras que los grandes equipos hacen caso omiso de ellas, se cierran en sí mismos y apuestan por sus fortalezas.

Además, los grandes equipos son conscientes de que las buenas rachas son producto de un gran número de razones y no se confían; aceptan que no todo está bajo su control. Se caracterizan, adicionalmente, por presentar una mayor estabilidad anímica que los buenos equipos.