La economía WTF

La idea de que Uber haya dejado sin trabajo a los taxistas o de que puede que los algoritmos de las redes sociales hayan afectado a los resultados de las elecciones de Estados Unidos puede provocar una sensación de consternación. Aunque WTF (What The Fuck?, algo así como “¿Qué demonios?”) es una expresión de asombro, muchas personas que leen noticias sobre tecnologías como la inteligencia artificial, los coches sin conductor o los drones sienten consternación, puesto que les preocupa la idea de que los robots hayan ocupado todos los trabajos y sus hijos tengan menos posibilidades de encontrar empleo.

Nos dirigimos desordenadamente hacia un mundo moldeado por la tecnología, de una manera que no entendemos y que tenemos sobradas razones para temer. No obstante, que seamos capaces de ver que el futuro va a ser muy diferente a nuestro presente no significa que sepamos exactamente cómo se va a desarrollar ni cuándo. Quizá WTF signifique “Qué futuro nos espera” (What’s The Future?). ¿Adónde nos lleva la tecnología? ¿Nos va a asombrar o a consternar? Y, sobre todo, ¿cuál es nuestro papel al decidir sobre este futuro? ¿Cómo tomar decisiones hoy que den como resultado un mundo en el que queramos vivir?

Las empresas “unicornio” son aquellas creadas por personas que se obsesionan con futuros aparentemente imposibles, no por las que solo buscan la valoración millonaria de Silicon Valley. Google Maps, la Word Wide Web o Alexa, de Amazon, son unicornios; son la clase de aplicaciones que nos hacen decir WTF en sentido positivo.

La inteligencia artificial y otras tecnologías unicornio tienen el potencial de mejorar el mundo, de la misma manera que las tecnologías de la primera revolución industrial crearon una riqueza para la sociedad que era inimaginable dos siglos atrás. El superpoder de humanos + máquinas ha hecho posible construir ciudades que alojan decenas de millones de personas y crear un conjunto de otras maravillas que han hecho del mundo moderno la época más próspera de la historia del ser humano. La tecnología siempre nos ha quitado trabajos, pero también hace posible la creación de nuevos tipos de ocupaciones.

El futuro es esencialmente incierto. Sin embargo, estudiar las tendencias actuales puede ayudarnos a visualizar diferentes caminos y escenarios. La meta no es identificar qué ocurrirá, sino expandir la mente para pensar en lo que puede ocurrir.