Descripción
La sociedad nos induce a las mujeres a pensar en las ventas como algo negativo, a retirarnos a un lado frente a los vendedores más agresivos o a las voces más potentes de la sala. Y es que ¿quién no ha escuchado alguna vez frases del estilo de “Bueno, ya sabes que ella siempre intenta enchufarte sus chismes” o “Bueno, ya sabéis que ella sabe venderse muy bien”? ¿Quién de vosotras no ha pensado alguna vez “Soy un desastre para pedir cosas” o se ha sentido incómoda a la hora de pedir algo en su propio beneficio?
Claves
- Las nueve pautas.
- Cómo hacer que los oyentes se acuerden de ti.
- Las tres cosas que no debes olvidar.
La sociedad nos induce a las mujeres a pensar en las ventas como algo negativo, a retirarnos a un lado frente a los vendedores más agresivos o a las voces más potentes de la sala. Y es que ¿quién no ha escuchado alguna vez frases del estilo de “Bueno, ya sabes que ella siempre intenta enchufarte sus chismes” o “Bueno, ya sabéis que ella sabe venderse muy bien”? ¿Quién de vosotras no ha pensado alguna vez “Soy un desastre para pedir cosas” o se ha sentido incómoda a la hora de pedir algo en su propio beneficio?
Primero de todo, no hay nada malo en tener facilidad para las ventas. Segundo, no hay nada vergonzoso en saber promocionarnos, en tener arte para vender nuestra visión o algo que hemos construido y creado. La próxima vez que nos sintamos inseguras cuando estemos hablando a nuestro favor, debemos decirnos a nosotras mismas que somos la Más Poderosa de la Sala. Y la Más Poderosa de la Sala consigue lo que quiere porque va a por ello con decisión.
¿Cómo conseguimos convertirnos en esa mujer? Hay nueve pautas que nos ayudan a crecer y llegar a ser la Más Poderosa de la Sala, hasta llegar a tener la presencia y el éxito que deseamos y nos merecemos. Estos consejos van desde emplear el “método del golpe” para dar comienzo a nuestras presentaciones o negociaciones con efectividad y captar la atención de nuestros oyentes hasta métodos para causar buena impresión en nuestras presentaciones o para conseguir el ascenso que nos merecemos.
Por último, una mujer realmente poderosa no asciende rebajando a las demás: lo hace levantando a las otras consigo. No obstante, hay que ser consciente de que siempre habrá gente que no sepa cómo afrontar tu éxito.