Descripción
La gratitud es una emoción agradable que se experimenta al recibir ayuda desinteresada de otra persona. Surge de forma espontánea y su principal característica es que ayuda a amplificar los aspectos positivos de las situaciones a las que se dirige la atención, situaciones en las que necesariamente tiene que haber comportamientos altruistas.
Claves
- La gratitud: una emoción positiva.
- La disposición al agradecimiento.
- El papel de la gratitud en el bienestar.
La gratitud es una emoción agradable que se experimenta al recibir ayuda desinteresada de otra persona. Surge de forma espontánea y su principal característica es que ayuda a amplificar los aspectos positivos de las situaciones a las que se dirige la atención, situaciones en las que necesariamente tiene que haber comportamientos altruistas.
Es importante distinguir la gratitud de otras emociones, como la cortesía, que constituye una simple formalidad. La gratitud va mucho más allá, ya que es una emoción positiva, que aumenta la motivación y la energía y permite poner en marcha comportamientos prosociales.
También se debe distinguir la gratitud del sentimiento de deuda. Este último se experimenta cuando se tiene la sensación de tener que pagar algo a cambio a la persona que ha prestado su ayuda. Sin embargo, el sentimiento de deuda es un sentimiento incómodo, a diferencia de la gratitud, que solamente transmite energía positiva.
Cada persona tiene una tendencia más o menos marcada a sentir gratitud. Sin embargo, existen ciertas características individuales que favorecen la aparición de esta emoción. La primera de ellas es la humildad. Es una condición vital, ya que, para sentir reconocimiento e identificar las intenciones y actos altruistas, necesariamente se requiere humildad.
La segunda condición es la empatía. Para poder sentir gratitud es imprescindible ser consciente del valor del acto que se acaba de realizar para la otra persona; es decir, es vital ponerse en su lugar y comprender la situación. De hecho, las personas menos empáticas experimentan gratitud con menor frecuencia.
Finalmente, la tercera característica es la apertura atencional. Consiste en dirigir de manera intencionada la atención al conjunto de aspectos que se derivan de una situación. Se debe tratar de evitar centrarse solamente en los aspectos más negativos y dirigir los pensamientos hacia los positivos, sintiendo gratitud por ellos. Algunas técnicas, como la atención plena, ayudar a mejorar la apertura atencional.
Es vital, en definitiva, cultivar esta disposición al agradecimiento, ya que no solamente tendrá beneficios en el ámbito individual, sino también en el social. La gratitud desempeña un papel fundamental en la sociedad, ya que estrecha los lazos de confianza, refuerza las relaciones y tiene un beneficio adicional: favorece que se realicen actos altruistas.
La gratitud consiste simplemente en aprender a reorientar la atención hacia aspectos positivos. No es necesario que todo sea perfecto; simplemente se trata de un cambio de actitud para poder tomar una visión mucho más positiva de la vida.
Tribuna
Gema Sánchez Cuevas
Profesora de psicología de la Universidad Internacional de Valencia y directora web de “La Mente es Maravillosa”.