Descripción
Durante generaciones, los empresarios, políticos y expertos en márketing han dirigido sus mensajes hacia la masa y han establecido lo que debía gustar y lo que se tenía que comprar. El mercado de masas era, hasta hace poco, sinónimo de ventas y beneficios. Hemos vivido con este modelo durante tanto tiempo que ni siquiera nos damos cuenta de que asumir que todo tiene que ser normal está profundamente arraigado. Desde que nacimos nos han enseñado a adaptarnos al ‘statu quo’. Tenemos tendencia a la mayoría. Sin embargo, la realidad hoy es otra: el mundo tiene más información, más opciones y más libertad y las posibilidades de compra se han multiplicado. Los raros son ahora más importantes que la mayoría, porque los raros son la mayoría.
Claves
- El fin de la masa como motor de nuestra cultura.
- Las cuatro fuerzas que nos guían.
- La influencia de las tribus.
Durante generaciones, los empresarios, políticos y expertos en márketing han dirigido sus mensajes hacia la masa y han establecido lo que debía gustar y lo que se tenía que comprar. El mercado de masas era, hasta hace poco, sinónimo de ventas y beneficios.
Hemos vivido con este modelo durante tanto tiempo que ni siquiera nos damos cuenta de que asumir que todo tiene que ser normal está profundamente arraigado. Desde que nacimos nos han enseñado a adaptarnos al statu quo. Tenemos tendencia a la mayoría. A complacer a la mayoría. A organizarnos para servir a la mayoría. Admiramos a los políticos en función de cuántos votos obtienen de la mayoría. Escuchamos Los 40 principales para oír lo que escucha la mayoría. Nuestras fuerzas armadas están formadas por una mayoría en nombre de una mayoría.
Sin embargo, la realidad hoy es otra: el mundo tiene más información, más opciones y más libertad y las posibilidades de compra se han multiplicado. Los seres humanos se organizan cada vez más en tribus o pequeñas comunidades con gustos, aficiones, intereses e, incluso, obsesiones afines. Los raros son ahora más importantes que la mayoría, porque los raros son la mayoría. Lo raro está allá donde mires. A veces, olvidamos fijarnos. A veces, no estamos entrenados para verlo. No obstante, está ahí y cada día crece con más fuerza.
Los raros no son solitarios. Tampoco están solos. Los raros son raros porque han renunciado a la comodidad y a la rentabilidad de la masa y, en cambio, forman grupos más reducidos, grupos en los que su rareza es algo que se espera.
Asúmelo. Todos somos raros. Y el raro no es un ser solitario. Tiene su tribu y en ella su rareza es normal. Nada de nichos ni de masas, solo tribus en busca de quienes las unirán o las amplificarán o, sí, les venderán. No se trata de una utopía, sino de nuestro futuro.
El mercado de masas ha muerto. Bienvenido a un mundo en el que prima lo singular, lo distinto, lo único, lo raro…, porque, en el fondo, todos somos un poco raros.
Tribuna
Autores
Seth Godin
Referente en márketing y comunicación a nivel mundial y fundador de las plataformas Yoyodine y Squidoo.
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Libro en 15'