Manuel Hernández Pujadas sobre ‘Speaking as a Leader’
Manuel Hernández Pujadas
Formador y consultor en NCH & Partners
El liderazgo no es un invento empresarial ni cultural. Es una necesidad biológica. Todos los grupos humanos, de todas las épocas y en todos los lugares, han tenido, tienen y tendrán líderes. Incluso un grupo de niños que entran por primera vez a la escuela tendrá un líder al cabo de unas pocas horas o días de interacción. El grupo humano genera al líder y necesita que este lo oriente a conseguir sus objetivos. El líder es, básicamente, un servidor de los intereses grupales.
¿Qué es lo que hace que una persona sea reconocida, admirada y defendida por los miembros del grupo como líder? Pues los valores que representa y presenta –ambas cosas– al grupo. Un futuro líder lo será no porque él desee serlo, sino porque el grupo lo reconocerá como tal. El futuro líder, antes de serlo, tiene que buscar valores, creer en ellos e incorporarlos a su quehacer diario. La búsqueda y depuración de esos valores es una tarea personalísima, indelegable e interminable y es en esta fase donde se deben aplicar los principios de la mejora continua y la superación personal.
Cuando un líder actualiza –los vive con sus actos– y comunica valores, hace un favor a los que le rodean. Les hace la vida más fácil. Los valores se transmiten y perciben instantáneamente; además, dan fuerza a los que los reciben para superar las dificultades que tienen en sus vidas. Estos se lo agradecen mucho al líder –casi nunca explícitamente– en forma de respeto y donación de sus mejores cualidades en favor suyo.
El futuro líder tiene que buscar valores, creer en ellos e incorporarlos a su quehacer diario
La frase de Arquímedes “Dadme una palanca y un punto de apoyo y moveré el mundo” se aplica, en nuestro caso, con el líder (palanca), los valores (punto de apoyo) y el grupo (mundo). Disponer de un valor para cada cosa que hacemos es el requisito necesario para que pongamos en nuestra acción toda nuestra energía o solamente realicemos un desempeño mediocre o inaceptable. Se dice que, en la Edad Media, alguien preguntó a dos operarios qué estaban haciendo en medio de una gran plaza. El primero dijo: “Estoy picando piedra”. El segundo: “Estoy haciendo una catedral”. ¿De cuál de los dos esperaríamos obtener un resultado más satisfactorio? Algunas recomendaciones para ejercer el liderazgo son las siguientes:
- No existen cosas importantes y cosas triviales. Todas son importantes. Las cosas triviales no existen.
- Es importante centrarse al 100 % en una sola cosa cada vez. Se trata de hacer cada cosa como si fuera la única valiosa que uno puede hacer en el mundo.
- Las personas se fijan más en el lenguaje no verbal que se transmite que en el verbal.
- Hay que ser una persona predecible, que comunica lo que piensa de forma sencilla y clara. No se pueden tener opiniones diferentes sobre las mismas cosas en días distintos o ante personas o situaciones diferentes. Siempre se deben aplicar los mismos principios.
- No se debe decir aquello que no se va a poder cumplir.
- No hay que precipitarse a la acción; hay que escuchar primero. Es importante conocer bien los intereses verdaderos (no los aparentes) de todas las partes interesadas antes de tomar una resolución.
- No hay que dejarse dominar por el miedo al “qué dirán”. Siempre hay que ser uno mismo.
El libro
La voz del líder influyente: claves de comunicación para el liderazgo
Judith Humphrey
Los líderes más eficaces utilizan toda oportunidad de hablar para influir en los demás e inspirar. Convierten cada discurso formal, presentación, llamada telefónica o conversación de ascensor en [...]