Pedro Nueno sobre ‘The Soul of the Enterprise’

Pedro Nueno

El título podría traducirse como el alma o el espíritu de la empresa. Según Robert Hall, el espíritu de la empresa es “el compromiso unificador de todos los colaboradores para dar satisfacción al cliente, conseguir excelencia en las operaciones (tales como protección del entorno) y mantenerse fieles a un esfuerzo común de mejora continua”.

Robert Hall es un viejo conocido de los interesados en organización industrial. Su bestseller es el famoso Cero inventarios, con el que Hall contribuyó a introducir los conceptos de la fabricación ligera (lean manufacturing) a raíz de su éxito en Japón. En The Soul of the Enterprise, Hall va un poco más allá, buscando un nivel mayor de profundidad en la organización en el que anclar las ideas y conceptos que sustentan hoy en día la fabricación eficiente.

Los años ochenta vieron aparecer infinidad de técnicas que en la literatura anglosajona se identifican por sus iniciales: Calidad Total (TQM), justo a tiempo (JIT), fabricación ayudada por ordenador (CAM), etc. Al mismo tiempo se buscaron formas de aligerar las organizaciones y para ello se aplicaron procesos de reingeniería, de outsourcing (subcontratación), de delayeering (eliminación de niveles o aplanamiento de las estructuras), de toma de responsabilidad (empowerment). Lo que Robert Hall viene a decir es que conseguir buenos resultados de forma sostenida no consiste únicamente en aplicar este tipo de técnicas o procesos, sino que es preciso darle a la organización un espíritu que consiga mantener viva la capacidad de seguir autoadaptándose y corrigiendo de forma automática las fuentes de ineficiencia. Las empresas tienen su espíritu en cualquier caso. Años de insistir en una dirección determinada crean formas de pensar, actitudes típicas y reacciones espontáneas. Sobre la base de este espíritu se toman a veces decisiones que ni siquiera se justifican. Resultan naturales dada la inercia que lleva la compañía. Muchas empresas viven en una inercia de producción en masa todavía cuando los mercados exigen algo completamente distinto.

El libro de Hall se dirige a la industria norteamericana de hoy, pero es perfectamente válido para cualquier otro entorno occidental. Es más, sus ideas son perfectamente extrapolables y aplicables a grandes organizaciones en el campo de los servicios (bancos, cajas, compañías de seguros).

En The Soul of the Enterprise, Hall recorre conceptos conocidos como la calidad total, el justo a tiempo, la eliminación del despilfarro, la responsabilidad ecológica y la utilización de las tecnologías de la información, y los integra como ingredientes de su concepto de espíritu aplicado a la empresa. Profundiza en cómo es posible construir ese espíritu aun cuando la empresa deba adoptar un formato cada vez más abierto. En la competencia de hoy, las empresas tienden a convertirse en retículos entre proveedores, clientes, subcontratistas, distribuidores. Estos retículos se basan en relaciones de partenariado, alianza, aprovisionamiento o subcontrata y las conexiones son con frecuencia intensivas en tecnología. En este entorno, construir una empresa con un espíritu, con un dinamismo interior que la mantenga aportando diferenciación en su entorno no es tarea fácil.

La obra de Hall se apoya en múltiples ejemplos de compañías que tienen un espíritu marcado, como Hewlett-Packard, General Electric, Motorola, Toyota, Honda, McDonald’s, Xerox o Microsoft.

 

Pedro Nueno

Profesor de Iniciativa Emprendedora de IESE, fundador, presidente y titular de la cátedra Chengwei Ventures on Entrepreneurship de la CEIBS, escuela líder de dirección de empresas en Asia, [...]

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